Este viernes, una Ana Vidal indecisa, no propone esta imagen para crear una historia:
Como no he podido decidirme entre todo el trabajo de esta artista visual, os traigo hoy una imagen y la semana que viene otra de la misma autora: Elizabeth Opalenik, para inspiraros.
La imagen de Elisabetn Opalenik me ha parecido tan inquietante, que me ha salido un cuento bastante oscuro, hasta convertir a este mal hijo en un auténtico parásito...
Elizabeth Opalenik |
Parásitos
Te querré siempre madre, como
quiere el buitre a la carroña. Necesito el aire oxidado que mana de tu cuerpo
nodriza; sentir la llamada de tus pechos repletos de alimento, el olor agrio de
la leche, el tacto caliente de tu carne entre mis labios, tus palabras de
azúcar.
Te querré siempre madre, como
quiere el lagarto el pedernal en el invierno. Necesito el abrigo de tus brazos
de seda, el fuego que enciende tus cabellos, el arrullo de tus nanas de turba,
tu mirada de sol; sentir el vaho de tu cariño, el cordón de plata que custodia
mis pasos más osados, tus besos de lana.
Te querré siempre madre, hasta
que el manto de tu piel pierda la frescura, hasta que un halo de ceniza pinte
de gris las ondas de tu pelo; hasta que tus piernas, columnas de otro tiempo,
necesiten el apoyo de mis brazos. Hasta que encuentre en otra las llamas
abruptas del deseo. Te querré siempre madre, hasta que un viento de derrota
apague el brillo azul de la prosapia.
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