domingo, 4 de enero de 2015

El bic naranja. Viernes Creativo. Escribe una historia.


Para empezar el año, Fernando Vicente en su Viernes creativo, nos propone esta imagen de Kyle Thompson



Y esto es lo que se me ha ocurrido a mí:



La invención de Morel (o, ¡qué Dios me perdone!, Pequeño homenaje a Bioy Casares)


Mereció la pena echar a perder mi mejor traje. De otra manera no me hubieran tomado en serio. Cuando los de la Comisión de Patentes respondieron por fin a una de mis solicitudes pensé que podría tratarse de una broma o que se habían vuelto locos. Así que, llegado el gran día, me acicalé con el Ermegildo Zegna que me había regalado Purita, la de los Domínguez, cuando todavía pensaba que hubiera podido llegar a ser un buen partido, antes de que hubieran ignorado diseños míos tan originales como el Desinflador de globos o el Pelador de plátanos. Esta vez sería diferente, ante el cortejo en pleno, avancé con paso firme, tampoco me importo sacrificar mis recién estrenados zapatos de suela auténtica y tafilete, para presentar al mundo mi Rehabilitador de cauces. Con un estupendo ramo de globos rojos en cada mano, hinchados con gas metano, con los que parecía que podía salir volando en cualquier momento, procedí con aire ceremonioso y haciendo gala de una estudiada estrategia, a distribuirlos por el cauce seco de aquel río; me situé en el centro y, con los ojos cerrados, empecé a rezar para que su caudal empezara a crecer de forma sutil pero gradual, lenta pero continua. Cuando, acabando de recitar el repertorio de oraciones que conocía, noté cómo la lana de los bajos de mi pantalón empezaba a empaparse, me inundó la sensación de que, por fin, me había convertido en un gran inventor, pero a medida que la crecida se hacía mayor, un gran dilema se planteó en mi mente, no sabía si pensar que aquello confirmaba de forma definitiva la existencia de Dios o que se había reventado la presa.

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