Alivios
Cuando tenía mocos o calentura mi madre me subía a ver a la Curiela. Andábamos monte arriba hasta llegar a la antigua paridera del raso. Daba igual la hora que fuera, avisaba a nuestro padre de que salíamos y tiraba de mí hasta alcanzar su destino. Yo pensaba que era por los dos hijos que ya había perdido. O por el valor que cobraban un par de brazos a la hora de la labranza. El caso es que me arrastraba por la vertiente hasta alcanzar aquel chamizo lleno de magia, como si una extraña fiebre la poseyera en verdad a ella. Entrábamos sin llamar, tanto de día como de noche, y nos recibían una serie de estatuillas y fetiches, de amuletos y reliquias que dibujaban, a la luz mortecina de la lumbre, sombras fantasmagóricas sobre las paredes de cal y piedra. Un viento frío la acompañaba cuando aparecía de repente. Joven para vivir tan apartada, guapa a pesar de su aspecto descuidado. Me conducía hasta el chiscón del fondo para aplicar paños calientes con sus manos de seda. Después se retiraba con mamá al lado del fuego y conjuraban la enfermedad con toda suerte de aspavientos y gemidos.
Podéis ver aquí el micro en el blog de ENTC.
*Alivios ha sido seleccionado para formar parte del libro que cada año publica el blog Esta Noche Te Cuento, con los microrrelatos elegidos por los distintos jurados bimensuales, y que en el 2017 llevará el título de aletreos.
*Alivios ha sido elegido uno de los once relatos finalistas del concurso Esta Noche Te Cuento del año 2017, junto con mi otro relato Epopeya.
*Alivios ha sido elegido uno de los once relatos finalistas del concurso Esta Noche Te Cuento del año 2017, junto con mi otro relato Epopeya.
Imagen de Jan Saudek |
No hay comentarios:
Publicar un comentario