Terminada la edición XII de las
Microjustas Literarias de OcioZero. Ante todo es este concurso, un ejercicio constante de ingenio, en él que, en las sucesivas pruebas has de exprimirte como si de un limón se tratara. Se respira un ambiente fabuloso y el buen humor siempre está presente y se leen relatos de gran calidad. Alguien da más. Me gustaría hacer un resumen de lo que ha sido mi participación en ellas, pero lo primero que quiero hacer es felicitar a los flamantes ganadores y que heredaran la toga de los actuales jueces, para lucirla en las próximas XIII Microjustas Literarias:

Cielo. Easton. Ganador de los Desafíos.
También agradecer a los Jueces su impagable labor y el derroche de imaginación que han demostrado en todas las pruebas de la competición:

Fantasma de Las Navidades Futuras. Carmelcita Feroz.
Y la simpar Ricis, también conocida como...
Felicitar, por supuesto, al mejor micro de las Microjustas:
He tenido el honor de participar bajo la máscara de Makoki, un personaje entrañable para todos los que leíamos cómic por los años 70/90 y por el que en muchas ocasiones me he visto desbordado, ha resultado difícil pero inolvidable...
Las Microjustas empiezan con los desafíos, en los que cada justero cuelga un micro que esté relacionado con un tema que el mismo ha elegido y que ha de ser respondido por otro, claro que quien responda ha tenido que colgar su desafío antes. Quiso el destino que me cruzara con t tanto en el que respondí como en el que fui respondido. El miedo me entró cuando me enteré que tras esta máscara se encontraba Ana P, una de las campeonas de ediciones anteriores, por fortuna salí vivo.
Desafíos
Desafío: Ojos que no ven...

EL HOMBRE INVISIBLE
No planchaba, no ponía la lavadora, no fregaba ni un vaso,
no pasaba la escoba, no recogía a los niños, no limpiaba el polvo, no
escuchaba, no veía la televisión sin quedarse dormido, no respiraba si no
trabajaba. Así que un día, prácticamente, deje de verlo.

El escondite
No pensaba pasar más tardes buscándoles mientras ellos se
dedicaban a sus jueguecitos de adultos, por eso, cuando aparecieron sus cuerpos
y el inspector me pregunto acerca de lo que había visto u oído, le respondí que
nada, que estuve apoyado contra el viejo roble, contando hasta cien.
Desafio: Exéquias

Deshonras fúnebres
Se quedó solo en el mundo y, para mitigar su dolor, comenzó
a frecuentar distintos velatorios elegidos casi al azar. Con su atildado traje
negro y aquella expresión afable, tan suya, pronto se especializó en consolar
viudas y en aprovechar la ropa de sus difuntos.

MISS DRAMA
Antes me venía a la cabeza a menudo cómo sería mi sepelio.
Imaginaba a la gente llorando, la música de fondo, la lluvia. ¡Qué tristes
estarían todos!
Últimamente nada más empieza la imagen, le doy a pause y
cambio la cinta.
Hasta aquí la primera entrega de las XII Microjustas Literarias de Ocio Zero. Espero que os gusten, por lo menos por el curro que me metido.