Pero esta vez, ella lloró, sintió ese
retortijón en las entrañas que esperaba y, a la vez, temía desde hace tiempo.
Apretó los ojos intentando reprimir las lágrimas que ya, incontenibles,
sobrepasaban la frontera de sus párpados. Quiso ahogar un sollozo que acabó
saliendo a flote y los ojos de él se clavaron en los suyos cargados de
reproche. Aguantó, por un instante, su mirada pensando en dejarlo todo, pero
convirtió su mueca de pesar en una risa histriónica y agarrando, cómplice, sus manos
todavía manchadas de sangre, pidió árnica para no convertirse en la próxima
víctima.
![]() |
Stephanie Sinclair |
El cuento enviado esta semana para Relatos en Cadena me ha quedado un poco Gore, espero que a pesar de todo no os desagrade demasiado. Seguiremos intentándolo.
Buena apuesta Juancho, está cada vez más difícil, ahora me pasaré a leer los ganadores o finalistas, y creo que el personaje necesita algo más que un emplasto de árnica, qué repelús.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias por la visita Manuel, quería dar algo de repelús, si lo he conseguido, me alegro. Un abrazo.
EliminarHola Juancho, vengo desde el grupo del Facebook a leer tu despojo. Terrorífico, me quedo con la incógnita de saber a quién ha asesinado, aunque alguna pista apunta ¿al hijo?
ResponderEliminarIgual me he pasado de críptico o el micro ha quedado demasiado abierto. Es bonito que al mismo micro se le puedan dar distintas interpretaciones, pero en su concepción la víctima no era el hijo. Tampoco quiero explicar mucho, que cada uno interprete a su manera.
EliminarMuchas gracias y un abrazo Lorenzo.
Hola Juancho. Me gusta mucho como lo explicas. Me parece un relato muy sólido, que no deja de construirse a medida que avanzas. A mi me parece que te has ido más por lo oscuro que por lo sórdido porque lo que remata tu historia es el miedo, y al fin y al cabo, parece que es lo que empuja a uno de los protagonistas todo el rato. Gran apuesta Juancho. Muy buena. Enhorabuena y suerte para la próxima :)
ResponderEliminarCreo que tú te acercas bastante a la idea original que quise plasmar luego en el papel, es más que nada una historia de miedos, sobre todo de un miedo cerval que te lleva a hacer cosas que ni siquiera hubieras imaginado.
EliminarGracias Juan Antonio. Un abrazo.
Hola Juancho, gore no me lo parece, durísimo sí. Perder a un hijo y pensar en poder ser la siguiente me pone los pelos de punta!.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Suerte con el siguiente!
;)
Gracias Pulga, me alegra verte por aquí. Como le dije a Lorenzo, me alegra que se puedan dar diversas interpretaciones al micro, pero en la génesis, no había ningún hijo. Un beso y hasta pronto.
EliminarNo sé si la risa histriónica obedece a una enajenación o es producto de ese pesar que le revuelve las entrañas. Me quedo con dudas, pero me gustan los relatos abiertos, aquellos donde el lector es el que le pone el contexto al resto de las cosas que no nos cuentas.
ResponderEliminarBuen micro, me quedo en esta levita.
La risa histriónica es una forma de esconder ese pesar, de disimular cuanto le desagrada lo que están haciendo, de ocultar su flaqueza, para no convertirse en la víctima de su propio cómplice. Más o menos. Gracias Piel. Un beso.
EliminarMuy poético te salió amigo lagarto, me gusta. Y que todo se insinúa. Muy bien.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy duro Juancho, pero a veces los buenos relatos te arañan un poco por dentro, y este lo hace.
ResponderEliminarSuerte para proximos envites.
Con tu permiso me quedo por aqui para leerte mas de cerca.
Saludos.
Seguro que cada día muchas realidades superan en crudeza y con creces cuanto de duro pueda tener este relato, obra, en todo caso, de alguien que maneja todos los registros en esto de crear mundos escribiendo. Un saludo, Juancho.
ResponderEliminarMuy lírico. No creas que no habrá quien vuelva a esto.
ResponderEliminarAbrazos