jueves, 16 de mayo de 2013

Encierro






Se miran a los ojos después de mucho tiempo. Hoy él no tiene que ir a la oficina ni ella a la fábrica. Su atención no se ve interrumpida ni por las exigencias de los niños ni por su habitual algarabía de los fines de semana. Lunes, solos frente a frente, la incesante bruma de un café recién hecho perfila sus siluetas. Un café bien cargado, como ya empiezan a sentirse sus espaldas. Y ahora el paro, la hipoteca a medio pagar, los plazos del coche. Maldito ERE. A saber que habrá  hecho el dueño de la empresa con todo el dinero ganado en estos años. Se entienden sin hablarse y piensan al unísono en las pocas ganas que tienen de qué lleguen las siete de la tarde, de concentrarse junto a las puertas por las que cada día entraban a trabajar, él hacia la zona de administración, ella hacia la factoría. En la pereza que siente Víctor para encerrarse en esas instalaciones que durante años han sido su segunda casa y separarse de Violeta y de los niños durante Dios sabe cuánto tiempo. Pero como miembro del comité de empresa está obligado a defender sus derechos y los de sus compañeros hasta donde sea posible. La bruma se disipa y se descubren radiantes. Violeta apura apresurada su café, mientras Víctor se levanta y sugiere sin decirlo que le siga. Entrelazan sus manos. Tenemos tiempo, piensan.

Esta es mi aportación a la propuesta organizada por los blogs: La colina naranjaExplorando LilliputPliegos volantes y Relatos de andar por casa denominada "Primavera de Microrrelatos Indignados". 

2 comentarios:

  1. Y es verdad que se mezcla la indignación con la rabia, y la rabia con el cansancio, y uno no sabe muy bien con qué cara salir a la calle ni qué decir ni hacer. Pero mira, tus dos protagonistas llevan en su nombre la V de la victoria. Qué sería de muchos sin el apoyo de los que los quieren eh?
    Me encanta tu estilo. Te deja una sensación de calidad muy linda. Me gusta mucho leerte, siempre.

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    1. Es siempre un placer encontrarte por aquí. La última frase quiere ser un canto a la esperanza y también la inicial de sus nombres, que si están puestos con esa intención y me alegra que lo hayas visto así.
      Sigo sin poder comentar en Supón que es una Calandria, pero no cejaré hasta que consiga que mi trino se haga escuchar por aquellos lares.
      Besitos.

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