Hace unos meses participé en el IV Concurso de Microrrelantos Leonardo Barriada, que organiza la Asociación Félix de Martino de Soto de Sajambre, en la que colabora de manera intensa mi amiga Esperanza Temprano. Tuve el inmenso orgullo de ver mi nombre entre los diez finalistas, rodeado de grandes escritores como Paloma Hidalgo, Manuel Montesinos, Claudia Toruño, Mei Morán, Sergio Iglesias, María Fraile, Miguelángel Flores, Luis San José, que recibió el segundo premio con Talión y Yolanda Nava que se llevó el gato al agua con su Viento del Sur. Enhorabuena a todos, pero sobre todo a quienes se alzaron con el triunfo final.
Podéis leer y escuchar en la maravillosa voz de Mar González los diez cuentos finalistas en este enlace.
El guía
El grito del arrendajo siempre asusta a los
excursionistas. Grave, bronco y por sorpresa, se expande entre pinos y
quejigos. Los agranda, los retuerce y consigue que, la poca luz que penetra entre
sus copas, les dé un aire tenebroso. Entonces aprovecho yo para lanzar mis
historias de miedo. Intensifico la profundidad de mi voz, detengo su cadencia; Esto provoca su
silencio, entrecorta sus respiraciones, eriza los poros de su piel. Entonces
cada sombra cobra sospecha; cualquier rama quebrada produce sobresaltos; la
brisa en las ramas simula lamentos; el sonido de sus propias pisadas les
acobarda. Siembro semillas de espanto a medida que avanzamos. Leyendas de niños
desaparecidos, de lobos hambrientos, de jóvenes desaparecidas. Les hablo de
espíritus de represaliados que fueron enterrados en la espesura del bosque, de
asesinos que se esconden allí de la justicia. Les cuento que hay brujas ocultas,
duendes burlones, que cientos de ojos nos observan. El caminos se estrecha cada
vez más y la vegetación se agranda. Hacemos un alto, les miro. Les digo que
falta uno, que me esperen allí, que no se muevan, que no separen, que vuelvo
enseguida. Y mientras me alejo el olor a pánico que desprenden estimula mi
hocico
Al estimular el miedo no es que pretenda ambientar una historia terrorífica, lo que hace es prepararse para un banquete. Menudo personaje con segunda intención.
ResponderEliminarUn pedazo de relato.
Un abrazo, Juancho
Sí, me gusta tu idea, los está cocinando a fuego lento, o un blanqueado, como dicen los técnicos.
ResponderEliminarGracias amigo!!!
Un abrazo!!!!
Que maestro te estás volviendo, lagarto. El arrendajo tiene una voz que siempre sobresalta, un buen inicio para preparar la merienda... Un abrazo, artista.
ResponderEliminarHala!!! Exagerá!!!! Me alegro que de que te guste. Muchas gracias!!! Besos!!!
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