La siguiente entrada es la que tenía preparada para este micro, un despojo más, no lo digo con desprecio sino con orgullo. Sin embargo, al releerlo vi que cambiando el final el micro obtenía un giro que le hacía ganar mucho y le daba un sentido diferente, al sustituir el sustantivo leona por el genérico hembra. Cambié la frase de inicio para que no pareciera un REC, un par de ajustes, un nuevo título, y lo presenté a Wonderland, el programa de Radio 4 dirigido por Rosa Gil, con la suerte de compartir el podio con un montón de amigos escritores. El premio gordo se lo ha llevado Lola Sanabria, con El mundo en sus manos, enhorabuena.
«Otra semana con una frase complicada. Intenté por todos los medios salir del circo, no es que llegara demasiado lejos, mi imaginación no fue capaz de llevarme más allá del zoo. Sin embargo esta semana los elegidos fueron los que no quisieron perderse la función del mayor espectáculo del mundo. Y es que el circo es mucho circo. Buenos relatos que podéis leer aquí. Ha resultado ganador el micro Sin vuelta atrás de Juan Antonio Vázquez, a quien aprovecho para felicitar desde aquí.»
«Otra semana con una frase complicada. Intenté por todos los medios salir del circo, no es que llegara demasiado lejos, mi imaginación no fue capaz de llevarme más allá del zoo. Sin embargo esta semana los elegidos fueron los que no quisieron perderse la función del mayor espectáculo del mundo. Y es que el circo es mucho circo. Buenos relatos que podéis leer aquí. Ha resultado ganador el micro Sin vuelta atrás de Juan Antonio Vázquez, a quien aprovecho para felicitar desde aquí.»
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Imagen tomada de la red |
Como gatos grandes
Se dirige a la jaula de los leones para demostrarle cuánto se equivoca. Sortea la vigilancia, esquiva las defensas y se planta de un salto ante un imponente ejemplar de Phantera leo. Ante la quietud de la fiera, levanta despacio la mano para acariciar su melena rojiza, su cuello, su hocico. La mirada del animal se enternece y la mujer, confiada, se abraza a él. Un rugido de conformidad hiela la sangre de quienes atónitos contemplan el suceso. Pero ella lanza una mirada victoriosa hacía su marido, quién, desencajado y arrepentido de haberle llevado la contraria, observa cómo, desde un rincón oscuro, se despereza la leona.
Ahora la versión para Wonderlan, varía el principio y algún que otro detalle, pero el nuevo final y el título le dan un final más interesante.
Gatofilia
Para demostrarle cuánto se equivoca, se dirige hacia el foso. Sortea la vigilancia, esquiva las defensas y se planta de un salto frente a un imponente ejemplar de Phantera leo. Ante la quietud de la fiera, levanta despacio la mano para acariciar su melena rojiza, su cuello, su hocico. La mirada del animal se enternece y la mujer, confiada, se abraza a él. Un rugido de conformidad hiela la sangre de quienes atónitos contemplan el suceso. Pero ella mira victoriosa a su marido, que, desencajado y arrepentido de haberle contrariado, observa cómo, desde un recóndito rincón, se despereza la hembra.
