La frase no es de las que enamoran, así que tiré por la calle del medio y me salió este micro sobre relaciones extramatrimoniales y segundas oportunidades.
Cuando una puerta se cierra, otra se abre
Este se va a enterar de lo que vale un peine. La frase había quedado estancada en su cabeza, desde que Jacinto salió por la puerta de la calle aquel domingo, después de misa, en el que se le había despertado la libido de forma inoportuna y ella, implorando por la manifiesta actitud sacrílega de su marido, le había ordenado expiar su conducta concupiscente en brazos del padre Benito. Sorda ante las amenazas de que si se iba era para no volver jamás, esperó en vano, mientras Jacinto, encontraba el consuelo a su desazón, tras la celosía del confesionario.
Aprovechando las fechas en las que estamos me gustaría desearos, a todos los que paséis por este humilde blog, bueno y a los que no también, una Feliz Navidad y un Próspero Merimée...
Aprovechando las fechas en las que estamos me gustaría desearos, a todos los que paséis por este humilde blog, bueno y a los que no también, una Feliz Navidad y un Próspero Merimée...
Muy literal el Jacinto... ¿no?
ResponderEliminarFeliz Año!!!
Feliz año, Juancho, ese Jacinto creo que se ha equivocado de puerta. Algo me dice que no es su primer desliz.
ResponderEliminarFeliz año Juancho, para ti además un fin de año muy bueno con muchos éxitos. Pues nada ¡que no pare!
ResponderEliminarUn beso grande, y el micro muy chulo por cierto.
Vaya con Jacinto, si es que no se puede fiar una de nadie, ni de tu marido.
ResponderEliminarGracias por la felicitación y te deseo solo cosas buenas para el 2015.
Un abrazo.
Buen relato, Juancho. Felicidades y Feliz Navidad.
ResponderEliminarPues no veas como Jacinto. Muy bien contando, Juancho, como siempre. Mucha suerte y felices fiestas :)
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