lunes, 14 de noviembre de 2016

Esta noche te cuento. Septiembre/Octubre


Esta noche te cuento es uno de los blogs por los que siento más cariño. Se puede decir que, después de una larguísima parada, empecé a escribir allí, allí  y en Cuenta 140, el blog de El Cultural de El Mundo. En las aguas de ambos, empecé a nadar en el proceloso mar del microrrelato. Después hubo más blogs: REC, Wonderland, El Bic Naranja..., algunos premios y muchos amigos, pero sobre todo una gran satisfacción a la hora de escribir. Sin embargo, a pesar de los buenos momentos que me proporciona escribir en ENTC, no consigo llegar a hilvanar un micro con la calidad suficiente para colarlo en le libro que los administradores del blog editan al final de cada año (uno en una repesca). 
En el pasado  bimestre, dedicado a la mujer rural, con la inspiración de una fabulosa imagen de Petra Acero, esta fue mi apuesta:


Arraigo

La vieja Leocadia liquida las tardes en el poyo de la puerta de su casa. Ve pasar el tiempo y a algunos de sus paisanos que saludan mohínos. Otros tuercen la mirada cuando llegan a su altura. No debería haber vuelto, piensa, pero a qué otro sitio podría haberse ido. En sus ojos cansados, confunde la cal rancia de las fachadas de enfrente con la memoria difusa de otro tiempo, cuando el frío y las afiladas lenguas de los vecinos traspasaban las paredes de adobe y se instalaban dentro todo el invierno. Tuvo que salir de allí; no soportaba en sus zapatos el barro de los surcos ni el acre olor a excremento de las bestias ni, mucho menos, el sudor de vino áspero de Joaquín, su hombre, capataz en los campos y en la cama que, mientras ella se partía la espalda, cerraba tratos en tabernas y burdeles. El macho que la cubría a destiempo, sin besos ni caricias, y se quedaba dormido cuando ella no se podía aguantar las ganas. Tuvo que irse y aquel tratante fue su puerta de salida. Tropezó después en otras piedras. No se arrepiente, aunque hoy nadie perdone su regreso.

Imagen de Amparo Martínez Alonso (Petra Acero)