martes, 2 de agosto de 2016

Viernes Creativo. Zdzislaw Beksinski.


Hay algo bello y aterrador en lo que nos espera. ¿Qué te inspira esta imagen de Zdzislaw Beksinski?

Esta es la propuesta que Ana Vidal nos deja en la última página de Escribe fino, sobre una espectacular imagen de Zdzislaw Beksinski, que a mí, no sé por qué, me ha querido llevar hata los Cárpatos...

Zdzslaw Bekisinski.jpg

Renacimiento


El día en que Mhatías Whonnovich, después de muchos años de investigación, pudo por fin gritar “¡Eureka!”, estallaron matraces y pipetas, se reventaron capilares y tubos de ensayo, se avivaron mecheros y crisoles, se desequilibraron balanzas y temblaron, cómo nunca hasta entonces lo habían hecho, las paredes del laboratorio que había convertido en su castillo después de la muerte de Evangheline Adamcizk, su esposa y madre del único hijo de ambos. Ni Evangheline ni el joven Mhatías lograron superar el trance del parto, aquella noche de tormenta. El reverendo Adamcizk, la ciudad en pleno y el propio Whonnovich, nunca consiguieron perdonar que les hubiese privado de la más bella y prometedora de las mujeres que allí habitaban. Empeñado en una paternidad que desaconsejaban los mejores doctores del mundo conocido, no cejó en su empeño hasta dejar encinta a la flor de Sighisoara.

Allí, abandonado y solo pasó el resto de sus días, hasta que aquel rayo salvador consiguió abrir, de una vez por todas, las puertas del infierno. Eva le esperaba, más seductora que nunca, con los brazos abiertos, sedienta de su sangre salvadora, para engendrar una estirpe inmortal.


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